domingo, 30 de diciembre de 2007

Aquella extranheza de seguir viviendo *

-No se si fue ayer que te trate de explicar lo mismo...
-Si aquel mismo cuento, aquella misma mierda misteriosamente dorada: la extranheza de seguir viviendo...
Han pasado los días y creo que ellos fueron en busca de su nombre, transformando sus vicios, encontrando su muerte; seguro que pocos deben saber de esas reuniones clandestinas en algún castillo inventado, sin murallas y sin castillo. Seguro que son gentes extranhas, de mitos, de manías, de suenhos, de alucinaciones, de realidad, de principio y muerte. Lo cierto es que todo esto, es como creerse un cuento en medio de una ciudad invisible, de la misma forma que escuchar un cuento por que llega la noche y con ella el suenho y a su lado la masgestuosidad de seres fantásticos y leerlo porque es el deber del cuentacuentos.
(recuerdo cuando era panchita la que leía en un pobre castellano el clásico perpetuo de caperucita haciendo puercadas con tres sujetos rechonchos, por mi parte de ello sólo queda el recuerdo de mi primer amor la triste panchita y del cuento sólo saque ese andar por bosques en busca de caperucitas y atuendos color ámbar que me resalte el inicio de esa parte que es mi perdición, por otro lado me reafirmo en que los lobos no son de mi agrado).
Volviendo a esas extranhas gentes, que han sido impercibibles desde los tiempos de alguna civilización, siendo atisbo de toda contradicción y con ella su fe en la irrealidad; pero como creer que su invisibilidad se debe a lo extravagante de su atuendo, como la coca cola en un desierto, como el político que sólo es delatado por su silencio; hay algo de enigmático que trasciende a toda explicación.
Sin embargo algunos fueron más allá y cuentan que cierto viejecillo trato de hacer una descripción detallada de sus vicios, sus suenhos, sus manías, realidades y hasta de sus miedos; unos anhos más tarde dichas afirmaciones que contaban con el respaldo de dos publicaciones oficiales por parte del fondo editorial del congreso de la república, fueron objeto de entredicho desde la misma asamblea de académicos en que fuera por primera vez presentada, fue cuando un sujeto poco conocido y que ahora figura como héroe en los libros de historia; negara dichas teorías; usando un par de monosílabos; la muerte de dicho viejecillo fue inobjetable; en vano trato de reinvindicar alguna de sus teorías; hasta que muriera en su apartamento de la calle Fuencarral, musitando palabras que quizás sean la clave a la verdadera intención en las teorías de innombrable viejezuelo.
En fin, que si esas extranhas gentes fueron en busca de historias o poblando islillas en octavos continentes o que si están envueltos por una leve bruma que los hacía invisibles, quien lo sabe... sino una extranha melodía que de vez en vez suena en mi continente, quien sabe sino una extranha corazonada... Quizás tan sólo nos diferencie el tajo de un mar que quiere ser río y así algun lejano día desechar la leve bruma que me hace imperceptible de una orilla a otra y así acabe el misterio.
Como te entiendo y luego me explico, sin dejar que te caiga una lágrima y que una mueca extranha termine por contarme otra historia.


*La redacción responde a Lisboa tierra de Fernando Pessoa... ¿y quien es él?
un extranho de grandes castillos.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Esperanza, mierda a colores

Solo unos años más...
-Aquella camiseta verde empezó a envejecer, de la forma que se diluyen los colores en la inmensidad, su blue jean era una delgada seda que traslucía sus piernas vigorosas, hechas por inacabables rutas, que sus zapatillas lamentaban.
... todo viaje es siempre recompenzado.
-Había cambiado treinta dos veces el espacio de descanso, donde la memoria y el olvido dan cuenta a los días que les queda; las sabanas siempre improvisadas, al igual que la acompañante aunque casi siempre fue la ausencia que en esos casos son sabanas impuras.
...hasta el tiempo de la cosecha.
-Su cuerpo apenas se sostenía, aquel estropajo donde las marcas de alegría o tristeza dan lo mismo, era lo que acaso estuvo buscando.
Es verdad sus bolsillos tenían algunos centavos más de los que hubo al llegar al mundo, por ahí se sabia de algún bastardo que llevaba su nariz de estribillo aguileño, sus cuantiosas historias no sirvieron para encontrar a su parentela, de la que no se supo nada.
buscar...
el encuentro con una fe misteriosa.
hallar...
la sorpresa de cada día que pasa.
ser paciente,
esperar,
arreglar el cuello y la corbata
frotarse la manos
comerse las uñas
mearse en los pantalones
eyacular...
Si, pero sólo después de tirar toda esa mierda de esperanza al mini(Ani)malismo del olvido .

sábado, 27 de octubre de 2007

It wanted to be un contratapa

1

Ahora sé que es octubre, el asfalto se colorea de un cansado verde, que es amarillo y la mejor época de un Madrid que es otoño; si lo he sabido es porque ya no espero un noviembre, ni una próxima suerte aunque aveces me ataca el pensar de una próxima vida, pero siempre termina siendo insuficiente. Así es que esos días son terriblemente perezosos, reductivos y apáticos; enseguida pienso que no hay mucho que hacer por las mismas calles y los mismo días más que entrar a esas aburridoras librerías un poco con la intención de resucitar al tiempo, que yace ahí en la contratapa de algún libro.

2

Por extrañas razones se ha convertido en mi parte favorita: la auscultación bibliográfica en especifico la lectura de contratapas es una entrañable manía que no solo se aprecia por presumir de finos acabados, sino también por las breves historias de desconocidos, unas más extravagantes, otras de formatos ya conocidos; es ahí donde me detengo, pero antes de hacerlo no soporto la tentación de acabar de una buena vez con dicho libro y a ojo de buen cubero me doy por enterado de lo que finalmente quiso decirnos, nada desconocido, y esos dos párrafos con semejante otoño son más que demasiado. Adoro esa tentación homicida de acabar con muchos libros sin la menor intención de hacerme con sus contenidos, si no tuviera esos días aún seguiría siendo ese pobre imbécil que pide tres deseos siendo el tercero conseguir los comics de los superagentes secretos de la T.I.A Mortadelo y Filemón.

3

Donde me detengo es en la lectura de aquella breve hoja de vida que mucha veces intenta ser un doble libro puesto que no conforme con la publicación del rollo en el que anda metido no dudan en mostrar su habilidad autobiográfica con gran capacidad de síntesis; a pesar de reparar en ello, no puedo negar mi debilidad por dichos breviarios de vida y es que como siempre quise ser escribiente o en el mejor de los casos escribidor de mi propia contratapa, se me da por pensar en una imaginaria reseña conmigo de actor, si es que tengo que resumir todo empezó con ese primer poema cuando tenia 12 años y con la sucesión de los 12 sigo esperando que llegue mi primer cuento y porque no mi única novela, a esta altura las abundantes publicaciones aún me dan esperanza en la escena. Si eso si, sólo será una novela, porque a falta de un buen argumento bastará con una larga contratapa que hable un poco sobre mi nueva afición por el bricolage o la papiroflexia; en fin estudie en la Sorbona y me casé en Bombay.Self -publish a papperback book!!.

jueves, 11 de octubre de 2007

La fenomenologia de Salvador

En la comisura de los extremos de sus labios se formaba una sustancia blanquecina tremendamente asquerosa y cuando más parloteaba, más también crecía esa sustancia que formaba una red de finas hileras salivales, las que repelían a las frases, a las palabras, a las tildes y hasta las comas que no tenian más opción que salir despaboridas; por algún momento pensé que si no le decía nada al respecto, terminaría vomitando esa materia acuosa y aún así no pararía de seguir hablando.
Bienvenido era su nombre o el mejor ejemplo que de nuestros nombres jamás seremos responsables, un hombre obeso de enormes pliegues adiposos alrededor del cuello, parecía que siempre usaba una bufanda, una bufanda que por extrañas razones destilaba un olor desagradable junto con el sudor de sus otras partes del cuerpo, del mismo olor que tenemos los ebrios furtivos al cabo de sucesivas borracheras. Nos subimos al tren mientras seguía hablando de una forma compulsiva sobre la fenomenología de Martín Heidegger y su implicancia con el tiempo; y tiempo era a mi lo que me sobraba puesto que en los trenes de cualquier parte del mundo, el tiempo se detiene de tal forma que muchas veces sobra. Bienvenido presumía que ya pronto cumpliría cuatro años investigando a dicho autor, que su tesis doctoral seria digna de una nueva investigación y así sucesivamente, que desde siglos es lo que han venido haciendo los filósofos; lo cierto es que Bienvenido parecía conocer bastante bien los días e ideas de tal Heidegger, su discurso por momentos era brillante, esos momentos eran cuando imaginaba que el no era quien alegaba ese discurso; por mi parte conocía ciertos alcances generales de la obra Heideggeriana pero quien sí andaba completamente perdido era Salvador y lo curioso es que Bienvenido se dirigía hacia él en cada hipótesis sobre sus recientes hallazgos preguntándole su opinión, opinión que no contaba con ningún segundo ni para emitir un despistado balbuceo puesto que Bienvenido contra atacaba; hacia mi, solo se dirigía cuando había que decir alguna obviedad por ejemplo "si o no" o con una mirada reconocerme como interlocutor en dicha charla; fue cuando entonces Bienvenido dio un giro brusco, no solo en esa emisión de gases tóxicos que se agravaban conforme el bochorno del tren lo exigía, sino también que de buenas a primeras cambio de tema de conversación y empezó hablando de Oscar de la Hoya un boxeador californiano de padres mexicanos y con elocuencia admirable termino haciendo un repaso sobre la historia del boxeo y en especifico fue una apologia, para quien el consideraba la actual figura máxima de los pesos pesados, recalcando varias veces que este tal de la Hoya era el único campeón del mundo en seis divisiones distintas; fue cuando Tito Trinidad entro al cuadrilátero traído por nuestro otro interlocutor Salvador, en ese momento las cosas parecían agravarse conforme pasábamos distintas estaciones, cada aproximación a nuestro destino final era la premonición hacia un extraño desenlace, yo lo que lograba enterarme era que éste Trinidad le había dado una paliza al tal de la Hoya o ¿ quizas viceversa? lo cierto es que Trinidad digo Salvador en el momento que hacíamos la parada final, desplegó su brazo izquierdo en la misma boca de Bienvenido que termino deshoyado y sin esa sustancia blanquecina entre los labios.

domingo, 16 de setiembre de 2007

Homo Dificultatiums o um extremus modus vivendi

Fue un treinta y algo más que un solitario UNO del mes abril, aquellos días andaba inventando un riguroso plan, cuyo propósito tenga el objeto de sostener mi aparente situación; ese plan consistía en sobrevivir, lo de aparente fue siempre una constante y lo de las situaciones, sólo se que fueron cada ves más adversas. Estaba convencido que para vivir por aquel entonces, había que ser un mal nacido, así es que esto de la sobrevivencia no era tan ruin como lo comentan los diccionarios, eso si más bien, es aconsejable hacerlo siempre con elegancia, entiendase esta palabra como un Ser proporcionado, y es que ante una acción implacable o absurda, es la elegancia la mejor arma que te hace volátil, te desvanece sin dejar huella, ni tiempo para preguntas, ni respuestas; sin embargo saberla aplicar en extremus, seguirá siendo un peligro; aveces pienso si aquel gran amor mereció salir de mis días con tal perversa elegancia o si aquella existencia se vio rescatada de la cloaca por la simple alución a dicha elegancia; lo cierto es que en supuestos cotidianos, ésta da como resultado, una existencia felizmente anónima* si no fuese con ayuda de ese toque de magia que sin duda le dio la elegancia o el ser proporcionado.
Es verdad esos tiempos, no permitían existir si no fuese entre sollozos, que fueron puramente de sobrevivencia, de supervivencia, del estado catatónico de languidecer ante la opulencia, esto estaba lejos de ser un cumplido hacia la filosofía de Lao -Tsé, aquel profeta del desapego y la tranquilidad, lo de aquella temporada más bien era la mezcla extraña entre la simpleza de tomar un sorbo del escaso aire, indispensable para dicho menester, aire aún no subvencionado por el estado, ni de condición irrestricta ha un previo empadronamiento municipal, tan solo aire de ese que va contaminado, aire para mi sobrevivencia y aquella combinanción sutil de la elegancia de sentirse satisfecho con lo minimus que es maximus; sea con lo que fuese o en todo caso con lo que tuviese: deficientes partículas de oxigeno y abundante CO2, una mañana de invierno supe que por fin era intoxicada mi salud, mis buenos modales, mi costumbres burguesas y esa estrecha insensatez de despertar con soluciones. Algun tiempo despúes, ya contaminado en un lugar de la mancha mi sobre que significa estar por encima, más allá de la vivencia, simplemente estaba super vivida y seguro que en alguna temporada tambien agitada, seguro que logroré extrañarla.

viernes, 14 de setiembre de 2007

El extraño caso de Mr.Green y el Dr.Blur

Nadie supo como había llegado hasta allí, estaba en blanco; cuando le pregunté sobre el incidente, estirando su brazo hacía el horizonte sólo me decía que todo era veeeeeerde para después de un instante volver a repetir veeeeerde...
De esa combinación fue que el color amarillo entro en mis días, ya después vinieron los demás.
Una tarde me contaron de su suicidio y de como el rojo ámbar hizo su aparición, conforme iba oscureciendo y el azul combinando, llego al instante eterno, allí donde todo es negro.

"He despertado como de costumbre en una habitación trastocada por el olvido, más allá habitantes ajenos comentando sus proezas, pensé en llamarla pero no tenia sentido, el móvil no tenia cobertura para acariciarme con esas frases entrecortadas, así que dije mejor voy a buscarla, removí mi desorden y solo logre encontrar la única dirección... el olvido.
Como no había fruta, preparé un jugo de verduras, unas tostadas y salí en cuanto pude de casa, esa solitud me aterraba.
Conducí a toda prisa, hice varias paradas en calles desiertas, observe a una mujer que tenía una blusa celeste y una falda alargada, trataba de sostener a un niño; vi cuando ese niño se desprendió de ella y un auto velozmente le arrollaba.
Entonces en una comisaria una familia entera me increpaba palabras soeces; yo no sabia que ocurría en mi declaración solo constaba las preguntas de un oficial y la respuesta siempre era la misma: señalando al horizonte decia que todo era veeeeerde"


He investigado lo que a ese extraño hombre le ocurrió, mi conclusión no es más que la falta de matices en sus días.

lunes, 27 de agosto de 2007

La última de la fila

No se cuanto de original tenga ya el pecado o si alguien de tradición judea- cristiana logra recordar en que consistía esa ofensa magnánima. Lo cierto es que Sara se escapo de casa para acostarse conmigo, mordió una manzana, aplasto a un insecto y después encendió un cigarillo, le dije que el pecado no existía, no se por que se lo dije, será porque Sara me dijo que tenía 17 años y a mi me atacó un sentimiento de culpa, de esos que te empequeñece pero era tarde, después de revolcarnos como los mas legendarios homo sapiens, me la pasé justificando acciones, preguntándole reiteradas veces que si esto lo había hecho con conciencia plena; tratando de escuchar de esos labios color sexo la decisión de sus actos, todo esto lo hacía como si el dedo de dios me lo exigiese, aún así la culpa me estremecía; es extraño pero ese sentimiento de culpa se relaciona directamente con la ley, porque le juré que volvería a insinuarle una escena así de sexual en dos meses, a sus dieciocho no habría pecado, ni culpa, ni conciencia que soporte una habitación con sabanas limpias y ella desnuda.
Fue cuando me puse algo más relajado, en el momento que ella se trepo en mi y con un movimiento brusco terminamos soldados uno en otro; me susurro a la altura del pecho, mientras bajaba lentamente... que si yo creía en dios, seguro que no existía, porque en realidad ella tenía 15 y dios no podía hacer nada al respecto. En ese instante dios aumento su tamaño y su dedo acusador lo hizo con la misma proporción, era del tamaño de la habitación y yo seguía soldado a ella, no había escapatoria, era sorprendido infragante, al mismo instante que sonaban las sirenas de algún patrullero ( la teocracia se fundo en mi). Con esa escena todo estaba consumado seguro que terminaría en una prisión de máxima seguridad, en el pabellón de violadores y lo peor a merced de las normas de malechores que castigan con la vara de un negro aventajado a cualquier acusado de violación. De esa forma empezaría la tragedia y al cabo de unos meses utilizarían mi único orificio preciado, como el mejor transporte de droga en la prisión. Pero ella me decía que me quería y yo no podía describir esa extraña sensación de miedo, de estupor pero con un final pendiente de prolongada nirvana.
Paso todo una vida para que nos volvamos a ver y fue de casualidad que en un viaje a Barcelona camino a la embajada peruana, me sorprendió su figura, colgaban dos niños de ella, uno de su brazo y otro de su pierna izquierda, un sol adormecedor terminaba con sus pocas energías, ahí en lo última de la fila, de una fila de peruanos inmigrantes que esperaban su turno y yo no la pude esperar a ella.

viernes, 24 de agosto de 2007

Cuando Paracas temblo *

Nunca la oscuridad había sido tan ciega. Por aquel entonces no esperaba mucho de nada y de nadie, creía tener todo lo necesario, pescado fresco por las mañanas que marineros sin bandera me regalaban, un par de viejos amigos dispuestos a escuchar tonterías y sobre todo mucha energía para seguir recorriendo un desierto que me exaltaba con esa belleza finamente dibujada. Por fin en Paracas, recostado en su arena pálida, observando como los pelicanos revolotean en un mar que muestra sus misterios, unas aguas amigables que parecen convertirse en cristal al primer contacto con ese sol implacable. Y a lo lejos los recuerdos de una vida incomoda, más cerca pequeñas embarcaciones despellejadas, tímidas de navegar en tan noble reyno.
Las olas van con el viento, yo iba con las olas y mis pensamientos se sumergían en ellas, si existían tontas ideas, esas no volvían, se ahogaban y confundían a un mar que más tarde seguro las diluía.
Ninguno de los tres nos resistimos a quedarnos callados, porque cuando el ambiente, que es aire, que es vida no te cabe en el pecho solo puedes callar, si callar y perder tus palabras, tus gestos, tus sueños... De esa manera era estar en Paracas, caminando rumbo a los acantilados, abrazados, viendo como el viento elimina nuestro rastro, negandose a ser testigo de un paso que se va con el vuelo de las gaviotas, pero ahí, insistiendo pertenecer a ese misterio, rondando el filo de los acantilados, en algún lugar donde la brisa marina se reconcilia con los vientos alisios y donde yo, lo hacia con aquel entrañable ser que hace unos meses había decido terminar con su vida, le preguntamos porque y el nos respondió como solo sabia hacerlo cantando una, dos y hasta X, Q y N canciones, hasta que en algún momento la distancia a nuestros cuerpos era cada vez más borrosa, no se cuanto tiempo paso pero una extraña luz llamo mi atención, una luz que intentaba conjugar en un mismo espacio, la inmensidad del océano con la desolación de un desierto, e incorporándome a ese extraño fenómeno corrí, corrí rumbo a ella, a esa luz que cada vez la sentía mas cerca, fue hasta que una voz llamo a mis espaldas y sólo cuando sentí reconocerla, era él, fue que me detuve, al mismo momento que lo hacía se perdía el sonido de piedrecillas que caían y se perdían en el fondo del mar; fue así que supe el color la oscuridad.
Es extraño pero cuando mis recuerdos vuelven a ese lugar, todo de lo escrito respira inconformidad, sin ser descripción, ni relato menos aún que se paresca a esa canción que navegó aquel día, que fue poesía, que se quedo en Paracas y recorrió la Catedral, con mayor extrañeza ahora que todo tembló y aquel negruzco pájaro de pico rojo vio como ese muchacho moría a orillas de un mar y presuroso fue en busca de su corazón.

* Pisco 7.9 y a sus más de 500 almas.

domingo, 19 de agosto de 2007

Una casa en mitad de la historia de un buen libro

He estado pensado, imaginando y mas tarde seguro que me ataca el mismo pensar, del mismo imaginando; como ven todo estos procesos metales son de forma compulsiva.
Como no me compro una casa en mitad de la historia de un buen libro y allí desde el tejado, desde sus ventanas o sentado en la hierba de sus jardines, veo el pasar de las horas, que se hacen vida y que en algún momento llevan a la muerte. Obviando la muerte, esta idea a parte de seguir rondando mi cabeza agujereada, me alegra los días; precisamente porque va más allá de la pasividad del fino lector que casi nunca logro ser, y al decir pasividad y más allá no me refiero a una acción inteligente que linde con la perfección del buen hacer, todo lo contrario, más bien debería decir que es una vulgar idea y siendo de tan baja estirpe busca el momento frágil para de pronto asaltar mis pensamientos, dejándolos ahí, resumidos sin la mínima reacción, confundidos en un llano, un desierto, alejados de su construcción, de esa ciudad de autopistas y calles, de trenes y metros, desolados con los rostros de mueca estúpida... en desconcierto.
No culpo a esos pensamientos, que muchas veces pecan de incautos, por que son como vienen... de una escuela noble, con tres comidas diarias, la tabla de multiplicar y aquella parábola del buen samaritano, que culpa pueden tener!, si su maestro le dijo que sea ingeniero, que elabore planos, construya castillos en tierra y cuando se aburra plante un árbol, escriba un libro y haga su propio remedo.
Tampoco culpo a esas ideas forajidas, muchas de ellas de procedencia anónima, que en alguna temporada de cielo cenizo, de amores perdidos, de tristeza imperfecta hicieran su aparición, y ahí huérfanas seguras de su esencia, de eso que será por siempre... extrañeza por seguir viviendo, que finalmente se encuentran alojadas en algún resquicio de búsqueda eterna.
Lo malo de no contar con astucia es que a esos pensamientos, que se hacen mayores, que son realidades que algunas veces son samaritanas y otras capitalistas; se doblegan ante ideas asesinas.

sábado, 11 de agosto de 2007

La muerte de Jhonathan Apaza Ortiz

Y entre barullos homogeneos en algún instante de esas voces mezcladas, esas palabras alborotadas, una frase se desprendió con esa brutalidad del puñal de un asesino... aterrizando en él; aquella frase decía:
Aquí terminaron esos deseos imposibles.
Él se quedo pensando en esa frase cuando bajo del autobús, cuando se tomaba el sexo en un baño público, cuando se llevaba una manzana a la boca, cuando se masturbaba en su pequeña habitación.
cuando en noches revueltas amanecía rozado por dos hermosos pechos que se abrían como una flor.
cuando levantaba su copa y al unísono repicaba un salud.
cuando en lejanos viajes se perdía en el anonimato de rostros, en la belleza de la diversidad, en el descubrimiento del ahora y se le gastaban los ojos, los labios, el sexo; muriendo en la eternidad.
cuando cenaba con sus padres y ellos lo acariciaba con ternura como en esa niñez irreverente.
cuando salía al supermercado y solo podía comprar la mitad de lo andaba pensando.
cuando recordaba esos momentos estúpidos sin parar, enamorado hasta el cien.
cuando tardando en olvidarla se enganchaba entre sabanas con sabe quíen.
cuando se emborrachaba.
cuando lloraba.
cuando moria y no sabia que hacer.
Y ya, al final de su vida, en la mitad de una noche desolada, derrepente un soplo perdido a manera de susurro, de cualquier continente, de cualquier bullicio, de cualquier boca:
Lo despertaba.
Él, de razón social Jhonathan Apaza Ortiz, dicen que murio de amor sin casi haber despertado.

viernes, 3 de agosto de 2007

Inutilidad

Aquella inutilidad para el desempeño de cualquier oficio gozaba de muy buena fama; la torpeza no es algo que se hereda son testigos mis padres que padecen de multioficios; yo diría más bien que es una extraña cualidad para perder contacto con ese mundo objeto que desde sus inicios busca engatusarte. Si hacemos un poco de memoria, todo empieza con manualidades, y no me refiero a manualidades onanistas, que son las únicas que practique, sino aquellas que se jactan de útiles, como son los rompecabezas, el play - go, cortar dibujos con tijera y demás variaciones, que con el tiempo son la mejor manera de vislumbrar al futuro orfebre, al próximo albañil o al estilista del jirón de la unión, por lo menos sigue siendo así en el pueblo donde crecí, de ahí en adelante y en forma progresiva no se precisa adivinar el futuro para saber lo que aguarda: mucha mano de obra barata.
Fue mi familia los primeros en reparar aquel hostil contacto que tendría con los objetos y en la medida que iba creciendo, los mandatos dirigidos hacia mi, decrecían, es cierto que con gran remordimiento por parte de mis progenitores, no los culpo eramos una familia pobre y había que cuidar los enceres, puesto que mi inutilidad no permitía ningún descuido, había que entretenerme en la planicie del un patio desolado pero que con el tiempo se convirtió en un lugar de descubrimientos, un poco más tarde mis padres se sintieron alarmados de preferir ese lugar de supuesto castigo como mi favorito, y hasta creyeron haber hecho el peor de los males al haberme aislado lejos de la vida objeto, pero no tardaron en reponerme a mismo lugar, insisto eramos una familia pobre y no es que fuese travieso simplemente era inútil.
No recuerdo en que momento, todo esto que les cuento paso a formar parte de mi conciencia, lo cierto es que descubrí la forma de interrelacionarme con mi medio, lo mio no son los objetos, ni ir al grano, ni tener síntesis y ser objetivo en mis pensamientos, esa configuración no figura en mis conceptos; por más que mis padres hayan tenido remordiminetos el tiempo les dio la razón; mis fijaciones mas bien van por el mundo inmanente, el que no se ve, el que se siente, el que como verdadero sujeto estoy obligado a subjetivizarlo, no hay misterio, mis potencialidades decrecen cuando son acciones concretas para las que pretenden hacerme útil.
Lo mio pasa por aquella inutilidad de verte sonreír...

jueves, 2 de agosto de 2007

Un eufemismo de hoy de una barbarie de ayer

Como me gustaría trabajar en estos enormes edificios, son tan inteligentes que no me cuesta ningún esfuerzo saber lo que en cierta circunstancia necesito, parece que lo adivinan casi todo, rigurosamente calculado para que sus miembros de oficinas se jacten de pasear por sus pisos y lo tengan todo planeado, falazmente uno presiente la comodidad y más allá de eso, que otra cosa importa...
Todo esto me trae a la memoria anécdotas de mi padre, al referirse a esa construcción antigua donde paso un tercio de sus días, la diferencia es que el hizo todo lo posible para escapar de allí. En la cárcel- me decía mi padre- la arquitectura impera tu vida, mucho más que los guardias que van por los pasillos, es la distribución de espacios la que distribuye tus horas, maniata tus deseos y embalsama tus días; ya quisieran un sin numero de mártires, contar con esa infraestructura, el acceso una escalera descendente que conecta al sótano donde es la ubicación del primer pabellón de reclusos, al estar allí te encuentras con una reja metálica, y aquel vértigo que te acompaña por todo el pasillo que cruzas y te lleva con la segunda reja que desemboca en un patio impuro, si sigues avanzado encontraras el segundo pabellón con las mismas características y ahí a la izquierda esta mi celda cuatro metros de ancho por siete de largo, lo mínimo para seguir respirando ese 40% de aire y el resto CO2 de alcantarilla, al frente un silo compartido, el agua corriente es limitada por lo que siempre encontrarás restos de heses fecales...
Si a eso le agregamos los rígidos horarios, un computador en dos metros cuadrados, aire acondicionado para evitar el recalentamiento de las maquinas, guardianes de cuello y corbata que controlan tus movimientos, una sala de fumadores para relajar tu prisión, un dispensador que te indica que comer y claro un silo con cómodo inodoro que da la apariencia de normalidad.
Hay mucho que grita estar jodido, sin embargo agradecemos al señor por la llegada de aquel trabajo y ya acomodados en el mismo edificio inteligente deberiamos ser felices.

sábado, 21 de julio de 2007

De un tiempo a esta parte

Haber, vamos a ver, voy a sentarme, quieto y quitando esa enfermiza predisposición a decir cuestiones indecibles de mala ortografía y con contenido a lo triángulo de las bermudas, igual a la leyenda de los espárragos etéreos. Seamos radicales como los marxistas, como los freudianos, como los que matan un perro para acabar con la rabia; si es tan sencillo... en breves palabras: Estoy viviendo con los huevos en la garganta, debería rezar un padre nuestro cada mañana y lo mismo por la noche, eso si, acompañada de un uffff y la mayor sucesión de "efes"; en lugar de ello, voy en busca de aquellos amigos con mejor posición ante el altar; en espera que les sobre un padre nuestro tan efectivos como los milagros.
De un tiempo a esta parte salgo de una, para en la vuelta de la esquina, empezar con otra y casi siempre con el pie, la mano, el riñón o la mejilla izquierda; obviando los minimalismo que también son de larga data, me refiero a la comida salada, al jugo derramado, al despertador que siempre se queda dormido, al bus que cierra sus puertas en mis narices o a la viejecilla esquizofrénica que me amenaza con su cepillo de dientes; lo que en estos tiempos me sobrepasa, me aplasta, me desfigura y me deja solo, ahí en el antártico con mi aparato reproductor atravesado por la garganta me esta destruyendo.
Sin dudas que esto es más grave que aquella gota de aceite hirviente que se alojara en mi ojo izquierdo por dos días, así de crítica están las cosas, como la crítica que hiciese Jaime Bayly a Cien años de soledad; ha estas alturas de poco sirven los urras que me haga, he hecho un esfuerzo por recordar las 10 normas básicas de aquel libro de Napoleon Hill Mente positiva y he terminado por memorizar 10 acciones negativas para poder recordar las 10 formulas de este Hill, porque si es que tengo que recordar al único Napoleon en este momento no lo puedo ver en otra posición que después de su Waterloo.
Ahora mismo mi respiración se dificulta, me estoy quedando sin frases de consuelo, empiezo a dudar sobre si acaso no hay mal que dure cien años, lo de cuerpo que lo aguante, ha terminado por ser una negación a tan esperanzadora frase, creo que este cuerpo esta genéticamente adaptado para pasar de largo los cien años y no obstante gozar de buena salud para constituirse en patrimonio heredable, que descendencia me espera...
Sin rodeos y al ritmo de Ismael Serrano... De un tiempo a esta parte o ultimamente vivo con los huevos en la garganta y hasta aveces se trasladan a la punta de la lengua.
Como parece no haber salida, no me queda otra cosa que decirte la verdad, si a ti, todo esta exposición de motivos, espero no sea en vano: perdí tus documentos.

viernes, 20 de julio de 2007

Sin final o aguardando a esperanza

No se cuando terminó, es lo único que nunca supe, quizás insista en que NO se cuando termino, porque no se si termino, aveces cuesta entender.
Desde allí y en retrospectiva lo recuerdo todo y al detalle, mi comportamiento no era el mismo, la primera en darse cuanta fue panchita, era fácil percibirlo, no dejaba de escuchar ese disco que antes de ello ni comprendía, un grupo de rock de nombre y mierda y doce canciones que me hacían igual de mierda.
- este viaje es tú regalo de navidad - dijo mi padre- entonces fui a verla por última vez; un avión, ella dentro y un inmenso beso, unas horas mas tarde, polos opuestos, yo de nuevo hacía el pueblo y ella en algún lugar estará... brotando sus frutos de vez en vez; es verdad tenía la edad para enamorarme.
Es simple la redacción cuando se empieza a escribir, empiezas con las cuerdas VOCALES y gritas sin parar, con exactitud no tienes la menor idea de lo que sucede solo gritas y recorres las callecitas, la tienda de don Ignacio y aquella capillita (siempre en diminutivo); hasta que de tanto caminar descubres las CONSONANTES; a estas alturas me sigo preguntando si ella fue vocal o consonante.
Despúes los años caen y ves como una gotera termina con tú casa, aprendes a fumar, a follar a violar; apagas el televisor a veces vas a estudiar, compras un boleto de autobús regresas vas y fin.
Ultimamente creo que ya no me gusta el pollo a la brasa, porque es muy alegre como una pollada del mismo alegre que el neón de alguna pollería.

miércoles, 18 de julio de 2007

Dr. Merengue

No tengo otra cosa que decir, si tengo que admitir aquel extraño episodio: lo admito.
Empezaré por no dar ninguna referencia sicoanalítica y es porque no la tengo; mi madre me amamanto el tiempo requerido para no ser un bastardo de la misma manera que mi padre festejo con mucho vodka la llegada de su primogénito, su familia le abrazaba con entusiasmo y con especial ahinco cuando le dijeron que el nasciturus era un macho cabrio. Si toca tener en mano una encuesta mi infancia comprende la cifra inadvertida para todo investigador, así como la de una adolescencia sin sobresaltos, me atrevería a decir que muchas veces destaqué por la cordura y la noble decencia, heredada por esa educación privilegiada; si acaso muchos se habían iniciado sexualmente con la empleada doméstica, yo y un par de amigos no lo habríamos hecho jamás y no solo porque se abusa de una posición jerárquica, sobre todo porque me resulta asqueroso, más allá de eso nunca acepté un favor sexual a cambio de una prestación dineraria. Siendo así esta breve reseña, no podrían deducir la existencia de alguna clase de represión, con esa lógica podriamos deribar en la obligatoriedad de actos malévolos para una futura actuación etica. Para todas esas especulaciones existe una simple respuesta, no hubo represión en ninguno de mis actos, en cuanto a mi iniciación sexual, todo era cuestión de tiempo puesto que era muy bien parecido y tardé lo que se tarda en cumplir 17 años para tener el primer recuerdo sexual, inolvidable. Y de esa manera, la sucesión de dichas prácticas se mantuvo siempre por un buen camino, así como la mayoría de experiencias hedonistas, sin excesos, con cordura, esa fue mi máxima, como pueden ver no aquejé ningún desequilibrio.
Aquel día salí de casa, y a decir verdad tuve un raro presentimiento, no era una mañana habitual a pesar de que todo estaba en su lugar, era verano y el sol tenía que brillar y el aire acondicionado tenía que funcionar con mayor frecuencia. Tardé unos minutos en empezar la primera consulta, la que se desarrolló con total normalidad, hasta ese caso extraño de emergencia, en ese preciso instante recibí una llamada telefónica, un breve susurro, me decía elimínalo; después de aquel instante sentí que se evaporaba esa filantrópica vida, ese médico sin fronteras, todo ello, quebró.
El hombre de urgencia entro con un cuadro crítico de infarto, solo tuve que administrarle una dosis de digoxin para en algunos días provocar lo inevitable.
Al día siguiente una mujer con bajas defensas y la sobredosis de un medicamento letal escribirían su lento avance a la muerte y así los pacientes desfilaban con aquellos males que traian en hombros y yo en el mismo consultoria aceleraba ese proyecto inmutable; muchas veces me pregunté si acaso la rigurosidad con la que seguían el tratamiento les otrogaba en muchos casos el alargamiento de vida a mis pacientes, hasta pienso si quizás por allí hice un aporte a la ciencia.
En fin a todo ello le siguieron unos 15 años más de ejercicio profesional, siempre recomendando lo nocivo para determinado actor, todo un arte para una muerte lenta pero inevitable, tal como siempre a sido ella, al fin y al cabo esos rios siempre van a la mar y el poema termina, que es es el morir.
Por último si debo ese apelativo de Dr.Merengue es por la pulcritud de mis actos, a esa vista exterior, blanco como el merengue, de elegancia advertida, elocuencia inobjetable debo ese prestigio de noble curador, antes que todo amigo de los enfermos, de tiempo completo a mi profesión y quien sabe quizás en algún tiempo valorado.


NOTA: Constiuye ésta una carta después de su muerte del Dr. Merengue que pulcro en su actuar se suicido cuidadosamente, dicho proceso duró 6 años y ya de edad muy avanzada murió en el patio de un hospital con una inmensa muchedumbre esperando su último suspiro.
Ah olvidaba también hubo música celestial.

martes, 17 de julio de 2007

Minha saudade

He estado mordisquiando algunas vidas, es cierto nunca me atreví a terminar con una sola; si acaso las había masticado nunca me las he tragado, es extraño pero aposte a esa cruel manera de conquistar-----> te... saber algo de amores y de esa tristeza que con el tiempo la fui matizando...
¡Conquistarte!, ni un cachito, ni mierda, algún día me lo has dicho, es verdad a ti sólo aprendí a perderte, como cuando un regimiento de sucios ignorantes oprimen a unos indios sorprendidos. Y asi cuando paseaba en ese otoño paulista, estaba y no estaba, de pronto, ahí sentado indefenso viendo caer todo, pero sobre ese gran todo un gris día de otoño me aplastaba, en ese mismo instante un muchacho cualquiera besaba con locura a la mirada mas tierna de la universidad y tú aplastado, no estabas.
Cuando Rodrigo nunca llego a leer esos poemas por que había muerto, tu tampoco estabas; cuando estudiabas abogacia no estabas por que en realidad estudiabas antropologia, filosofia o cualquier arqueologia que vaya usted a saber; al principio es cierto que logré confundir tú ausencia con esa acostumbrada impuntualidad, los minutos que fuensen esa demora, me entretenía imaginando tú nueva escusa, cuando cruzabas ese umbral a la realidad, decias que te había sorpredido un accidente de pájaros con perdidas mortales o que te tocó ayudar a un anciano cruzar el mismo puente de San Francisco, pero acaso es suficiente llevarte mi sonrisa, es verdad me divertía imaginar tus escusas pero no paso mucho tiempo para saber aquella triste verdad ----> nunca estuviste; sin embargo supiste engañar a muchos que te sintieron tan cerca, cuando en el contexto te habías perdido, recuerdo cuando Alejandra te lo dijo... aquella vez que se terminaba lo suyo, fueron al cine, la besaste al final de la película, salieron del cine tomaron un café, un helado y un taxi rumbo al mejor lugar que tenias para No eStar, se besaron y ese mismo día a media noche con un viento que anunciaba tú regreso, ella te dijo que la engañaste, que aveces creía sentirte... cuando nUnca estuviSte.
Yo y tú sabemos que hacías... cuando suena esa guitarra sertaneira lo pienso y no se si valió la pena.

domingo, 15 de julio de 2007

La misma noche en que no encontre la dirección que me diste

Ser un inicio, el fin o el medio en estos días es la manera de ESTAR, de conjugar la desilusión, de tomar una coca cola y confirmar la salida. De regreso en viaje subterráneo, entro a un inmenso hormigon donde me esperan cuatro metros cuadrados de inicio-fin y en medio inmensidad. De pronto la noche, cuando ya todos mienten que duermen, me asomo por la única ventana que ha sido la puerta para aprender a volar y ahí como los ojos de un ciego, quieto, enciendo un cigarrillo... y quieto testigo del lento humo que con pereza enreda mis pensamientos me encuentro con el incio, vuelvo al final.

Noches de medio, una y otra vez las agujas del reloj hacen el mismo recorrido, espero por ti muchacha de la habitación de enfrente, mientras tú aguardas que siempre este ahí, entonces contemplo tú eternidad, como tú contemplas con algún séptimo sentido mi lejana presencia desde ese escondido lugar... Hasta que el humo se desliza por tú cuerpo, sientes mi aliento que viaja en el, que recorre tus labios, que estremece tus pechos; hasta que logro seducirte, es entonces que clausuras las ventanas, apagas las persianas y la luz muere.
Solo así consigo despertar hacia un día siguiente para ser el mismo inicio- final y en medio tú.
Solo así y de esta manera me entretengo, la misma noche en que no encontre la dirección que me diste.

viernes, 29 de junio de 2007

Descomponiendo

Permaneció recostado en aquel llano, disfrutando del viento y su aroma a ciprés, que serán por siempre la mezcla de un bosque lejano.
Cuantas veces te preguntaste que hay detrás de aquel viento que es aire, de aquel oxígeno y el 78% de nitrógeno, que hay detrás del 0,01 % de criptón u ozono...
Detrás, existes tú y la resta exacta de lo que aún queda por vivir.
No es ningún misterio, no necesitas de esa linda gitana, con manto blanco que envuelven sus cabellos, para saber que ante todo y de nada... no hay misterio.
Lo recuerdo como si fuera ayer, siempre recuerdo como ayer; empecé a estudiar un doctorado por resolver una vida inmediata, frustrando una deportación rodeada de gendarmes que aguardan regalar esa humillación milenaria.
No paso mucho tiempo para descubrir que las teorías no están escritas en las paredes, en esas paredes que con el tiempo van quitando espacio, hasta convertirse en la medida exacta a tus miedos; recuerdo que la tesis iba de aquella descomposición de nitroglicerina a partir de electrones libres; estaba apunto de ser terminada, pero un día antes de poder decir que estaba apunto de ser terminada, un viento helado hirió esa alma, sin explicaciones, salía la noche siguiente con la certeza que estaba apunto de ser terminada.
Antítesis, anti todo lo que te traiga bienestar, anti auto cero kilómetros, anti casa confortable, anti mujer amada preparando la cena, anti hijos jugando al ladrón y policía ( en ese orden) anti buscar una vida compleja, por que simplemente es más sencillo de lo que imaginaba.
Esa noche de única certeza, consiguió su plenitud; suelen existir noches de únicas certezas; esa tesis estaba apunto de ser terminada.
Salí rumbo a... Mali, si, lo supe cuando llegue y una viejecilla me dijo en un francés poco inteligible que éste era mi nuevo hogar, a que nuevo hogar se refería, yo le pregunte, me dijo Mali, quizás estuve 234 años en Mali, si 234 años, lo recuerdo con precisión por que cuando desperté una mujer de tez bellamente oscura y de dientes muy blancos me cuidaba, no, no tuve amnesia recordaba toda mi vida anterior, pero ese todo ya no me importaba, ahora solo miraba a ella, compasiva cuidando de mi piel foránea que con el tiempo me enamoraba locamente, hermosa como el matiz de mis noches oscuras enredadas en la magia de mis mejores días, asi fue ella...
La quise tanto que amor completo nunca pude dar o es que lo digo ahora que no esta ella y que incompleto puedo estar. Cuatro hermosos hijos, dientes color luna de esos que nunca pude tener, cuatro hijos y la incapacidad de ser padre, por que la vida es compleja cuando uno no aprendió a amar.
Ella me quiso enseñar un futuro y en lugar de ello le mostré un mar confundido y otra noche como todas aquellas que anunciaron mi partida, fui en busca de un próximo refugio.
Amanecí muerto en la sierra sur del Perú, nadie lo recuerda solo mi madre que lloró por todo ese tiempo dislocado; al otro lado, donde el viento y aroma de los pinos andinos llegan con su último suspiro, en Mali, era un día igual de ordinario Micaela, Amadau, Ignacio y Salif jugaban con el sombrero de su padre, como barcos de papel lanzados en la mar.

lunes, 18 de junio de 2007

Cúal es tú norte, cúal es mi sur

Cuando cruce el estrecho de Gibraltar, tendré la libertad de ser esclavo, es purita convicción, quiero levantar naranjas, fresas, uvas y si es necesario hasta los granos de arena dispersos por las playas de Almería; quiero que mi columna vertebral colapse a la luz de un sol implacable, que los moscos se sirvan de mi sangre como yo lo haría de un vaso de agua nunca más contaminada; las horas de trabajo tampoco me importa, que si son diez o catorce, mientras más sean, seguro podré estar de comprar aquel teléfono móvil con cámara fotográfica y por que no hasta un ipood, es tan libertaria la esclavitud, que las ocho horas me son insuficientes, si voy en busca de la humanidad de compra y venta preciso acumular veintitres horas de fuerza de trabajo por una de consumismo, que es más que suficiente; es por eso que la dieta que puedo sugerir es comida transgénica y dos gotas de postmodenidad, mirando la publicidad de tu marca favorita.
Por que me podría importar ese dis que retroceso de aquella parte de la humanidad occidental que más se supo vender, no me importa ni una mierda, que digo mierda, eso me importa más porque significa que he comido.
Si seguro que ya te lo han contado, me lo vas a creer y sin entrar en dramatismo, solo quiero una sopa caliente en invierno y una coca cola por verano, no me preguntes si esa coca cola que compraré apoyará la causa sionista en la franja de gaza, soló quiero una coca cola, caminar sin documentos y ser esclavo no me importa de quien, sólo espero que no se entrometan aquellos defensores de la humanidad, que no hacen otra cosa que defender su puesto laboral, muchos de ellos son pobres, conozco a algunos, ellos también deberían cruzar el estrecho de Gibraltar, padecer miseria para después volver de sur a norte y ponerse a trabajar, verán que no saben lo que defienden, es simple quiero ser la negación de esta humanidad.
Porque nadie sabe cuanto de lo necesario basta para vivir...

sábado, 16 de junio de 2007

Algo más...

Fueron atardeceres, sentado ahí quieto, dejando caer las horas, sacudiendo los manzanos que son noches; recogiendo una oscuridad que de tanto caer abrumaba.
Sólo allí, abrumado, emprendía el regreso, casi siempre coincidente con aquel pasaje que indicaba mi sendero, ese pasaje que es alba, y que siempre llegó entre lágrimas que para muchos bebía de la inutilidad más perfecta de ser y creer... algo más.
Muchas temporadas de quietud que al pasar las horas, días y años se convertían en un tímido actuar, en una compulsiva acción, en movimiento puro y brusco, de ese que provoca reacción, de ese que no es otra cosa que esperanza, esperanza que bebe de la misma inutilidad de aquellas lágrimas, que alguna vez creyeron ser algo más... que una última acción, fundida en lo alto de la noche con la magia de lo incognosible.
Otro día corriendo detrás de ti, con algo más que una puta esperanza, contigo tomándote por la cintura, trazando un camino que son huellas, que incitan a perderse en orillas de algún océano, que no es sino yo y al frente... tú inmensidad.
En otro espacio después en un tiempo del que ya perdí cuenta; cuando ya no sólo me dedicaba a buscar el ritmo de los atardeceres y el retumbar de oscuridades; cuando me ocupaba en encontrar una muerte exacta, la única acción útil, mi granito de esa arena que recorrimos y ahora que sabiendo que no estas aquí; solo ahora pude encontrar lo que nunca estuve buscando.
En este lado mi último suspiro...
ahora del otro...
tú.

jueves, 7 de junio de 2007

Sur o no Surf o la historia de un viaje imaginario ( I parte )

Íbamos a más de 120 kilómetros por hora, a su lado, en lo único que pensaba, era en la terraza de su apartamento, a quien le importaba más; si tenía un auto tan distante, me esperaba una terraza igual de inalcanzable. El sur era el limite, cuando uno se dirige al sur, da igual lo demás, si uno va en esa dirección, el sur terminará siendo... tú.
En algún lugar de la autopista, nos detuvimos y fue en ese instante en que salí a respirar plenitud por aquella terraza, ahí estaba imaginando ahora su cuerpo desnudo encima de un sofá.
En seguida rápidamente, me trajo a la actual escena; lo demás, pensaba ese instante, era emulación simple a un próximo futuro; así es que de maneras distintas logro distraer a mi imaginación en casi todo el largo viaje.
Digo que logro distraer esa precoz imaginación, debido a que mientras ella conducía, yo lograba mirarla fijamente sin causar incomodo alguno, ella por el contrario tenía la mirada, también fija, pero en horizonte distinto; al fin y al cabo todos queríamos resultar ilesos y una vez allí, al final del trayecto, que la realidad alcance de una vez por todas a esa malsana imaginación.
Y así de tanto mirarla, empecé por tocarla y cada vez lo hacía con una decreciente sutileza, esto no podía continuar así y... no fue así, por que de pronto ella cambio bruscamente de conversación, si lo sé, fue por el cambio de voz, por que mucho después, cuando me dispuse a comprender, esa imaginación mía freno de golpe; al parecer se trataba de un sentimiento maternal, que con redundancia, era un sentimiento sin limite, se notaba ansiosa de volver a ver a su Ignacito, así era como lo llamaba, que sería de él se preguntaba o si la Josefina habría cumplido con el buen cuidado que ella le encargara.
Desde el primer momento en que la vi, hasta éste último instante, mi imaginación hizo lo que nunca lograré volver a inducirle que hiciere, de como esa obra de arte imaginativa llegaba a su final... Ahora ella me hablaría de su hijo y yo dormiría en un sofá con un terraza muy bien cerrada para que no entre ningún viento helado y resfrié al niño Ignacio, el sur no era tal y que ya era hora de buscar mi norte.
De la misma forma, en otro mundo, pero con un sentimiento contrario paso la otra parte del largo viaje, nada era lo mismo.
Llegamos a Candil, abrió esa enorme cochera, de pronto abría también su apartamento y sin animo alguno ya estaba acomodando en el sofá, ella en busca de Ignacio corrió apresurada. Pero algo raro ocurría, por que estaba ella frente a una enorme pecera, Ignacio es ... si era un pez, no puedo recordar esos breves segundos de extasis, lo cierto es que volví en mi, en el antes a aquel intempestibo freno de imaginación; todo volvía a su estado natural, volvia a ser regada con delicadeza de enfermo sexual, esa imaginación que vendría después.

lunes, 21 de mayo de 2007

Un crack literario

Son ya varios días los que amanezco borracho, todo por que en esa misma proporción de días-borrachera, he intentado saber más de mi trigésimo quinto aniversario. Hoy, sin embargo es suficiente tanta insistencia, se menos de talento, de triunfos y palmadas en los hombros; no se nada de quien soy.
No puedo creer lo humano que me siento cada día de aniversario, parece que mi ligereza de 365 días más un solsticio, se descargara toda junta en la puta fecha que nací, es lo de siempre -me digo- la diferencia de hoy, es que decidí terminar con el mito; con ese recuerdo que atormenta mi memoria, y es que nada coexiste peor que la afición por la escritura y los números; si, son los números los que he llevado muy en cuenta, cuando me dijeron que había que leer "Cien años de soledad" pensé que tenían 100 hojas escritas, entonces dije que me tardaría 20 días en memorizarlo, después de leer a los buendía, se fortaleció mi aptitud de escritor, de pronto tenía 17 años y estaba leyendo a Martín Adán, el tuvo 19 cuando publico "La casa de cartón" y fue todo un suceso en las letras peruanas, entonces yo tenía 17 dos años menos que Martín Adán; ese mismo día tome al bolígrafo por las astas, es decir me dispuse a escribir, no paré dos días y cuando no tenía ideas, disimuladamente hojeaba el libro de cartón; ese plagio, me costo una noche de insomnio, por la mañana siguiente pensé que lo mejor sería hacer un horario estricto y si lograba escribir tan solo dos páginas por noche en solo 100 días podía tener mi "Cien años de alegría" o en el mejor de los casos una "Mansión de cartón". Hasta que cumplí los 19 , los 20 y los 24 años, siempre encontraba a un escritor famoso, dispuesto a ser la referencia a mi edad de turno. Comencé a odiar a los nóveles que aparecían con 22 años, detestaba los suplementillos de 30 páginas con frasecitas cojudas que decían: "El más prometedor de los últimos años. Hay que leerlo" por supuesto que lo leía y rebuscaba su falta de talento, la mayoría de los causantes de esas fracesillas como "Una de las revelaciones más importantes de los últimos tiempos" o "Uno de los talentos más ciertos, versátiles y precoces de la nueva literatura" eran una sarta de inútiles, no escribían mejor de lo que yo podría hacerlo, tan solo si tuviera más disciplina- me decía- pero los días pasaban, sin rendirse a mi talento, por esa época disfrutaba mucho al encontrar autores realmente malos, hasta me iba de fiesta y me emborrachaba hasta la saciedad, una noche sin embargo me encontré con una implacable lectura era Dylan Thomas, esa misma noche salí como un jinete en plena apocalipsis, fui en búsqueda de una academia de escritura de cisne, pero encontré un taller dictado por un poeta maldito, si se trata de ser poéticos, por que la verdad que sólo era un adicto a la cocaína. No tardó mucho tiempo en reparar en mi talento, una noche de largo conversación, donde el licor y cocaína eran los mejores exponentes de la poesía, una depresiva y la otra eufórica, esa noche me dijo que podría publicar algunas cosas mías, en seguida que me negué a su petición, no estaba dispuesto a aparecer en cualquier cuadernillo de imprenta a blanco y negro. Unos años después sin embargo, fui en búsqueda de aquel personaje, por aquella época ya me quedaban pocos autores cuarentones y de recientes publicaciones para servirme de comparación, además en honor a la verdad, la mayoría era sumamente talentoso, para atreverse a escribir a los 40; entonces llevé los pocos escritos que tenía donde dicho personaje, él ahora era ayudante de editor en una revista decente, si bien tardó en reconocerme, a la medida que íbamos compartiendo alguno de mis relatos, lograba recordarme, en seguida me sorprendió con una frase: esto es un crack literario- algo asi dijo - por ese entonces me quedaba una miseria de arrogancia, así es que timidamente le agradecí, volvió a repetir un crack literario, entonces reaccioné como un niño, y con el entusiasmo debido le dije cuando sería publicado.
Nunca, dijo, saco de su abrigo descolorido un residuo que asemejaba a una piedra, ahí comprendí que era un derivado de la cocaína, crack y conmigo a lado dejando caer mis escritos, aturdido, desconcierto, se dispuso a fumar su crack literario.

viernes, 18 de mayo de 2007

Ciudad nostalgia

I

Algunas veces me cuesta entender, que la sucesión de días no solo es una melodía profundamente triste, donde veo, esa misma sombra en lo alto de la noche, mezclada con aquel viento que escapó de algún lugar endemoniado, tan entrañable que vés como siempre verás a esos días: triste melodía, sombras de eterno proyecto y aquel viento que trae ese aroma de un limbo sin pertenencia de tiempo.



II

Cuando iba en busca de Octavio, imaginé encontrarlo recostado en una acera, al pie de cualquier bar de nombre Biblioteca u Oficina o cuanto menos Tertulia o Chiringuito; lo encontré en uno de nombre La Escaramuza, cuando lo vi allí medio recostado, me juré que sería el final de su mierda de vida, intentaría saber más de un ser en llamas, sólo así sabría la verdad de esos viernes de cinco de la madrugada, sin conciencia, sin sueños, embadurnado en alcohol.

Ahí estaba, en posición incomoda de difícil respiración, con un hilo de saliva que une su mentón a ese asfalto donde las caídas no tienen piedad; yo al frente de la acera caminando hacia él, pensando en esa irremediable tristeza de morir regado en el asfalto...

Aún alcanzo a ver a Octavio, pero cada vez la imagen es más borrosa, hay mucha personas a mi alrededor, entre la deseperación me siento extraño, ya ni me siento.



III
Hace muchos años que vivo en París, me enamoré cuando era adolescente y desde la rendija de un portón, que unía al despacho de don Montiel, lograba oír más que ver, un reportaje de Tv. Chile, podría jurar que era Tv. Chile, la voz de aquel periodista era inconfundible a mi trabajado oído, que solo iba detrás de puertas, portones y hasta de paredes; recuerdo que en aquel reportaje se le otorgaba un gran premio a un tal gran Neruda, lo de gran lo supe por la fiesta que se hizo aquel día y porque la palabra "gran" no paro de ser repetida toda esa noche. El gran premio y el gran Neruda, fue sorprendido con dicha noticia en el mismo París; yo me enteré después de la importancia de Neruda, para orgullo de los que sólo sabían leer y eso si le agradezco a don Rigoberto Montiel, que me dejo asistir a la escuela, hasta me aprendí algunos poemas, lo hice también en homenaje a mi primer encuentro con París; si no fuese por el gran Neruda, muy tarde hubiese sabido de París, y ya ven que el tiempo es corto, como la vida abrupta. Entonces un mes y día exacto de mi memoria, partí hacia Europa, Francia, París, Clichi Sous Bois; unos meses después que María Eugenia Montiel partiera con mismo rumbo; yo la quise de siempre.
Nunca supe de ella, a pesar que me perdí por un sinfín de callejuelas, imaginando el encuentro, hasta sabía donde llevarla después de ese abrazo que nunca le dí...
Hoy es un día especial por eso recuerdo todo esto, hoy visitaré por primera vez el museo del Louvre, dicen que es el museo más importante del mundo, son tantos años en París y por fin podré estar allí.

martes, 8 de mayo de 2007

Yo(n), el inmigrante

Yo( n), el inmigrante, podría ser el eufemesimo que haga alución a mis días en Madrid, sin embargo seguiré esquivando la autobiografía, por muchas razones, que las dejo a todo intimismo de autor, por ser su legitima defensa ante esa personalidad incomprendida...
Sin entrar en contradicción, su importancia para el texto en concreto lo amerita, así es que me encargaré de poner al descubierto dicha razón, lo cual no le quita ser una razón ramplona a todas luces, y siento decirlo pero aquella intención de hacer un escrito anónimo palabras a linea, lineas a párrafo hasta el punto final, termina siendo un homónimo.
Antes él, ahora la mitad, la parte inventada o la negación de él, son lo más cercano a su actual identidad. Siempre tuvo cualidades para ser algo más que una duda, algo más que una indecisión casi llegando a su última tristeza, es decir tenía las condiciones para que estas identidades por fin se dieran en el plano de lo común, del corriente día en que eres el personaje de esas novelas o en el autor vagabundo de una novela que algún día se escribirá, tus interlocutores cada vez menos inverosímiles y tus posturas cada ves mas verosímiles, y sabe dios quien sabrá el limite a esa parte inventada...
Otro día hablando con papi y mami, los cuales lejos de escuchar los gritos desesperados de tú aparato digestivo, debido a las combinaciones culinarias infinitamente diarreicas y pujantemente estreñidas, son entretenidos inflándoles el pecho... te quieren, good bye, gracias por no preguntar cuantas veces saltó las vallas del metro.
Unas semanas después eres el funcionario de una entidad no gubernamental, presumes de tú única camisa lacost pretendiendo que esa lagartija sea el logotipo de tú indestructibilidad; donde hablas de la hambruna en Africa y de promocionar una página web donde por cada clik donas un grano de arroz extra superior, hasta que te proponen conversar de la educación latinoamericana en un café de nombre Starbucks, solo de esa manera se pone en funcionamiento tú sentido común y lo mejor es no Star, piensas entonces con la realidad de tus días, piensas en cuantos clik serian necesarios para tener el mes resuelto de arroz y así con tu veintiÚNICO euro vas en busca de mejor suerte, inventando una cita en el boulevard del olvido.
La mejor formula: una elocuente mentira; el bienestar fingido para las llamadas de larga distancia y una verdadera razón, que éste post no sea publicado.
El imaginario inmigrante, héroe en los andes, viento en el llano; la onomatopeya más parecida al grito humano.

martes, 1 de mayo de 2007

Ausencia extra

El extraño llega sin previo aviso, nunca viste tú mejor combinación, reincide con lo menos apropiado para esta extraña ocasión.
Por que el peor individuo no se dio por notificado de cuando aquellas manos tersas se deslizaron compulsivamente por el cuello más amado y de tanto amor un hilo de sangre más allá de tus venas, se mezclo con esa rabia.
Cada paso torpemente ejecutado, haberla amado hasta la locura total de su muerte, pensar que jamas volverás tras ese aroma en celo, una noche agitada y del otro lado una noche perfecta de cielo rojo tristemente nublado, tú pensando del lado de esa ventana por primera vez en un futuro de espanto, no por pudrirte tras unas rejas, tan solo por no pudrirte junto a ella, mientras la habitación sembrada de azulejos, se riega con la sangre que quizás sea de tú propia muerte.
Te acercas sigilosamente para volver en seguida sobre ella, la posees con la mayor delicadeza, sin duda la amas, sin duda la odias pero que traerá su ausencia...
Es la última vez que la veras y como siempre, estas dispuesto a fotografiar tus cadáveres, un destello anucia la partida, has terminado con lagrimas en los ojos.
Más tarde en una exposición fotográfica, después de tú muerte:

( para la foto)

tan ella de párpados congelados, tan tú imaginando el perdón de tus excesos.

jueves, 26 de abril de 2007

derecha + izquierda = Bolaño

Hace algunos días, siendo el 23 de abril la noche de los libros, estuve como antiguo roedor de librerías, ganando un par de autores a mi memoria, perdido en notas bibliográficas, hasta encontrarme con gratas sorpresas y se que fueron verdaderamente gratas, por que lejos de la posesión material, puesto que jamás tuve la mínima intención de comprar un solo ejemplar de tan noble linaje; la gratitud de mi experiencia pasó por algunos rincones un tanto etéreos que gozan de gracia y que hace que me vaya con aquel consuelo de ver a una muchacha guapa que hace mucho tiempo te viene mirando; pero volviendo a uno de aquellos rincones, pequeños intersticios que consuelan tu alma, ese en particular, fue el encuentro de un pequeño texto-discurso de Roberto Bolaño cuando recibiera el Premio Romulo Gallegos, ahí cuando era una hoja y grandes ideas, no ahora cuando después de su muerte todos deciden asistir a su velorio y prenderle velas; pero igual da, le hace provecho a la humanidad encontrarse con Putas Asesinas, lo cierto o a lo que voy es que cuando eres alguien con mística puedes escribir con el guiño más exacto y asumiendo que no sabias diferenciar la izquierda de tú derecha; es ahí donde me cuelgo del personaje: Bolaño Roberto; que escribía con la derecha y jugaba al fútbol con la izquierda; sobre todo cuando te gusta escribir y no te cansas de respirar fútbol asi sea en años pasados; entonces concluí el diagnóstico por fuerza de importancia del quinto caso empírico por donde iba mi investigación, el quinto caso se llama Roberto Bolaño, la hipótesis se convertía en una tesis mágico-clínica, ya les dije fue por falacia hominem que concluyo dando fin a esta pesquisa.
Por extrañas formas y sucesivas complicaciones uno se persigna para identificar su derecha o por los campos del fútbol, uno no entiende cual es su posición cuando el director técnico te dice que eres puntero derecho y entras al campo y te posicionas de lado izquierdo; más de una vez no supe de que lado soñar, aveces fue de mercader otras de eterno pensador. Hasta que una tarde, ya adulto dando un paseo de fin de semana a comienzos de la misma y antes de entrar a uno de esos palace concert que no parecen librerías, no dejas de pensar en tu último discurso tan socialista y fascista que dieras a aquella muchacha que seduciste; causa de una noche de sexo, efecto de hacerte la señal de la cruz para ubicar tú maldita derecha.

miércoles, 18 de abril de 2007

Olvidos de un pueblo lejano*

De pronto todo es tan sencillo,
volver a ser un niño,
como ver ese brillo que te envuelve al caminar
que me parte de sensación
que certifica el fracaso del olvido.
y nada antes de ti
solo tantas aventuras
que importan, como importa alimentarse por los días de los días
y el amen
de los que debieron amarte
hasta que dejas, desapareces
sin puntos suspensivos.
y yo peor que siempre,
cada noche una operación olvido y los fines de cada mes un examen de suspiro
siempre regresando al tiempo que te conocí,
tratando de explicar las inexistentes razones de perdonar-te-me.

* una colaboración de frutango

lunes, 16 de abril de 2007

¿Será quien sea?

Es un amigo de infancia, ha regresado. Hacia mucho tiempo que no sabia nada de él, en un primer momento fue grato el reencuentro, hasta pensé que le había extrañado, recordando aquellos líos que sin duda tenían su patente, esa ligereza de saber dogmático, comparable a tomarse una coca cola en la terraza y lanzar el descartable. Sin embargo lo distinto es que ahora nada le parece descartable y me exigió un prestado pecuniario, un alquiler inmobiliario, el embargo de mis días a sus nuevos oficios.
Todo esta arrogantemente publicitado, aveces pienso que es imposible escapar a mi subasta, no hay forma de decirle que ando enamorado a esa manera tradicional de intercambio desinteresado, pero el me repite, que no hay pero, ni gracias que valga cuando todo tiene un precio. Y cuando uno poco puede valer, no hay forma de ofrecerse o si la hay terminas embargado.
Este amigo tiene mucho de calculador, de planificación y ganador; dice estas tres palabras antes de hacerte parte del ruedo, es cierto que uno acepta ser todo eso en aras de la multidimensionalidad que profesa, pero aveces me resulta mas que suficiente tan solo saberlo, después de eso termino exhausto y añoro tomarme una cerveza pensando que tendría para sólo dos más y de vuelta cuento mis pocas monedas, pensando que hoy comeremos y mañana ya veremos.

miércoles, 11 de abril de 2007

El día que dejé de leer El País

Nunca me gusto ser complice de tú internacionalización, era suficiente ser tú conquistador, ni policiales, ni culturales ser un nacionalista de tu inmensidad era mi entretenimiento; pero ya ves no pasaron muchos meses para verte en primera plana y yo escribiendo el editorial de tan triste titular.
todo esto va, desde que nos perdimos,
desde que el cartero se olvido de mi buzón.
De esa y otras formas sigo dando vuelas como un trompo,
quieto como el aleteo de picaflor;
Sin aliento y del que queda solo da para imaginarte,
pero amanezco despierto de ningún lado,
tan solo rodeado de paredes,
sin el profundo cobijo de tu sueño,
conmigo recostado de un lado y del otro...
recostado e imaginando,
sin el cuerpo del deseo
que de realidad... solo imaginando.
Ahora ya me ves, no me entero de nada
y tan solo fueron tus besos,
tu sistema cardiovascular,
tus larguisimos dedos
esos bellos pubicos...
esa figura entera que se prolonga en mi imaginación.

martes, 10 de abril de 2007

Nada bueno, todo nuevo

Hace días que me observo, no tendría nada de fascinante si todo esto no fuera un sueño, un sueño que reemplaza a la realidad, aveces de manera tan exacta que no existe interés por hacerlo de nuevo. Ante esta crisis imaginativa, tanto en la realidad como en los sueños, solo queda una salida, la otra fue descartada puesto que deje de ser participe de ajustarme la cuerda y así ajustar el aire hasta que se haga inexistente.
Esa salida fue detenerme frente a ese observador que anda en mis sueños hace ya bastante tiempo, fue muy complicado por que tal personaje no es parte física de la escena de ensueño, es más bien un veedor omniciente, un testigo volátil con el que despierto. En dichos actos, siempre esta allí, ente sigiloso que acompaña cada recorrido de mi sueño, observador que sin asombro de por medio, empecé a reconocer como una parte de ese yo.
La ilógica con que se construyen los sueños, quizás sea lo que más nos llame la atención, pero esta vez es una enorme desilusión, tanto en mi vida real como en la de mentiras (mis sueños), coexiste por muy debajo de las expectativas, una simple lógica aristotélica: yo soy realidad, la realidad es sueño por consecuencia soy un sueño que es simple realidad, esto no me asombra, puesto que soy una persona sumamente común de genio y figura, con un desempeño bastante mediocre en mi rutina, si vamos a leer nuestra propia mano de gitano, mi futuro es cumplir unos siete años de rutina para la llegada de una jubilación sedentaria. Por tal, al irme a descasar, a dormir, a soñar, es desde bastante tiempo una mas de las rutinas, desde el mismo momento que mi cuerpo descansa, mi mente sueña con la lógica proyección de mi realesa, nada sorprendente, ni cuentos de hadas ni realezas, soy casi el mismo de las mañanas, flaco perfil de galleta, de ojos oso panda y con poco entusiasmo. Con ciertos matices, todo esto lo supe desde que me inventa, esa parte mía que me observa.

lunes, 9 de abril de 2007

Huir de ti o renovandome

-De como se acaba la sonrisa y se remplaza tú bostezo, cuando lo que quiero es anularme, cuando odio al mirarme.
Algunos años más tarde, desperte con otro automovil, con otros busness y con una nariz de ergonómica agudeza, de orellas sin cartílagos impertinentes que intentan verse aerodinámicos, soy nueva, distinta, bella; mis manuables senos se estremecen de haber sido tan insignificantes vultejos, toda cambiada! enterita renovada!, he triunfado sobre esos estúpidos códigos genéticos.

-Aquel domingo quieto yaces al pie de aquel helecho, si pudieras tomarte una fotografía lo harías, no importando el puto helecho que le quita cierto brillo, sin duda que hubiera sido mejor un ciprés; el hecho es que una imagen quizás podría sugerir lo que esa tarde andabas creando, esa tarde después de tú incomprensible postura al pie de aquel arbusto; tú hombre del ciberespacio, de paisajes mas urbanos, de laureles en lugar de salvajadas; lo cierto es que esa imagen jamas podrá reproducir la contundencia de tus ideas, esa elocuencia que repica en tú brillante intelecto, sobre todo cuando pirateas aquella producción intelectual ajena a tú creatividad, como olvidar los días de semana... y tus sucesivos ctrl + c, en combinación perfecta de un ctrl + v, sos un éxito intelectual.

Y ahí esta, la que en vida fue una personalidad acomplejada, asesinada en crimen perfecto por un siniestro bisturí; de autor intelectual: tú ordenador.
No hay lugar para esa deformidad, para ese embrutecimiento que se van de aburrimiento.
Las calles no son lo mismo con esa ex fealdad perturbable, tú sonrisa es distinta con esos dientes de perfecta simetría y marfil barnisado, tus preguntas tontas están remplazadas por conversaciones enciclopédicas.
Ahora queda por llenar de nuevos complejos a esa nueva imagen tan torre de babel y dormir los dias que restan abrazado a un ordenador.
Lo bello y la inteligencia, perfecta combinación para despertar muerto, ambas esconden un asesino siniestro, quizás por que la vida sea como un carrusel: una y otra vuelta para terminar vomitando; una moneda: que a espalda tuya te muestra una posibilidad y del otro el sello de fracaso, un circulo: donde necesitas odiarme para algún día esperarme.

jueves, 5 de abril de 2007

Prá matar a saudade

Lo menos conveniente para matar a saudade es poner aquel disco con poca personalidad, puesto que la tiene todita, conocedor de tus rincones y algo más.
Si quieres ser un asesino de saudades mucho cuidado con ello.
Porque ya con aquel disco que te posee sin mínima resistencia, sentirás con cada melodía que casi siempre confundes con melancolía, esa enorme parte de un pequeño todo, que muchas veces se sostienen de una sol sostenida y que otras veces despiertas en traducción extraña.
Y concluirás que para matar la saudade necesitas de mucha... pero de mucha cobardía.
Entonces aquellas tardes (pueden ser madrugadas o noches), entonces aquellos días (pueden ser semanas o meses) mejor, toda una vida en que iras en busca de los homicidas de ilusiones, con la sonrisa curiosa de enterarte que notas musicales sostienen sus hombros; por que ahora don nadie es un poco de todo, que no encontró mejor manera de matar a saudade que en lo alto de las orillas o en lo bajo de aquel acantilado, donde enciende sonidos que se escapan de su memoria, donde recuerda mementos que buscan en la finidad de sus días.
No se diferenciar la presencia inquebrantable de mementos que son saudades y saudades que quizás nunca fueron mementos pero que me arropan de manera tan delicada que de mi solo tiene mi eterno rendimiento; si pues tengo una enorme deuda con mi futuro y voy hipotecado a mi pasado, a un pasado que no tengo la seguridad de haberlo vivido, pero que sin embargo me pertenece como casi nada de lo que dicen que poseo.
En su totalidad me pierdo ante los pequeños guiños y su extraña simbología, con la única convicción de encontarme en ti.

* para Valdeci allá en tierras sertanejas, que sepa traducir las olas de mar.

martes, 3 de abril de 2007

Man of constant

ºDe como poder armarte EN trozos,
es lo que voy haciendo, sin plan en medio; es verdad que no hay mucho futuro en una aventura...
pero que mas da, son retazos que no le vamos a buscar causalidad;
por que las migajas no encuentran tú hambre que sea pan,
por eso traigo este trozo que siempre dirá algo.
Es increíble pero cuando lo oigo no se repite en limpio, por que quizás no quiere decir nada en concreto, siendo frases tan libres como sueltas dentro de su estridencia que aveces se complementan con la imaginación, de la misma manera que durante un estado de tus días confluyen acciones no programadas.
Esta pequeña canción dice algo así, en un concierto suyo intentaron complementar su melodía con un vídeo bizarro que nunca prepararon, pero que por esas confluencias dijeron algo mas.
Con ustedes la saudade de mañana, ahora en la extraña armonía de Electro Z y el hombre constante que quizás sea ficción:
http://www.youtube.com/watch?v=ktAzndsvtKA

domingo, 1 de abril de 2007

El viento sin marzo

El paisaje, cuando está quieto y sin importar lo extraño que sea, nos corresponde como una propiedad. El viento, sin embargo, nos lo arrebata y no tanto porque nos quite de en medio como porque hace entender incuestionablemente que uno y otro se pertenecen en un cortejo donde la ternura o el maltrato crecen con total independencia de nuestra intervención.
La sorda y obstinada presencia del viento de marzo se fue pero no se llevo la miseria y nuestra cómica ceguera...

viernes, 30 de marzo de 2007

Amén o la conjugación de sentimientos

¿Que me ha dado que ni vivo ni muero?,
-quizás solo sea un estado de coma o el robo de una frase atractiva.
Lo cierto es que cuando de andar lento y discreto me dirigía, siempre al sur, por aquel Paseo de la Castellana, viajaba en ti y tan solo cuento con tú presumible nombre.
¿Será ese estado Vallejiano que marca el compás de mis agujas: trilce siempre trilce?,
-quizás sea eso o quizás el nuevo robo de un adjetivo.
Lo incierto es que hacia tanto tiempo que había abandonado aquel espacio de imaginarios, que son motor, y que hoy con este humor son esa agujereada zuela en cada paso.
¿Cual es el final del sur?,
-debería ser el norte y con ella el fin de sentirte perdido, ( la tierra es redonda diría Galileo)
Lo cierto es que largo es el camino cuando ya no se tiene un norte, pero es corto cuando se lo ha abandonado. Me perturban susurros indiscretos ( ezquizofrenia quizás) que advierten de algún cuidado con ir por allí...
¿Que es el miedo?,
-quizás tú padre en emboscada.
Lo cierto es que el miedo es a lo mucho algunas horas más.
¿Quedan cartas por jugar?,
- son 56 cartas, asegurate si se acabarón
Lo cierto es que poco importa si mi mano izquierda deja caer aquel joker, por que así lo quiero.
En exactitud estoy al filo del sur; estando labio a labio, vida y en frente muerte, y uno el sacristan que incita la unión.
lo incierto es que de dios goce o quizás sufra.
lo cierto es la conjugación del Amén.

miércoles, 28 de marzo de 2007

La muerte de Gabo

Muchas portadas le daban lugar a Gabo, pensé: ¿Gabo a muerto? y ahí, me imaginaba la noticia como escusa perfecta para que escritores desconocidos desplieguen su pluma por todos los rincones de la ya manoseada vida del autor y solo quizás, naciera un nuevo talento a un coste mortuorio; pero eso que poco importa, así se trate de Gabo, se muere quien sea y el mundo sigue girando, mientras uno quizás encuentre la inspiración exacta y con ella la fortuna. Y así todo indicaba que vendría la Gabolatria, publicaciones para todos los gustos, sobre todo la de los que a coste suyo vivieron gracias a su inrremplazabilidad y sus casi cien años de todo, menos de soledad, de esa soledad que en algún tiempo retumbaba las paredes en aquel estudiante de derecho que soñó ser escritor.
Entonces busco detalles de la noticia, sensacionalismo, sangre, mugre por que uno va a las páginas de chismografia cultural, con el cache, que no iría un lector de espectáculos o policiales; hojeo cuidadosamente una, otra... y tan solo me dicen con algún numero romano que se trata de algún congreso internacional de la lengua española y su respectivo homenaje ex ante por que ya quedaron en la posteridad los homenajes ex post , ahora se hacen en vivo y en directo, una cuestión de tecnológica, de moda y de más cache, además no hay gracia en espectáculos diferidos o será que el estado de bienestar en aquellos personajes, ahora primermundistas, aseguran la vida de los buenos escritores latinoamericanos por más de 80 años.
Esto me trae a la memoria aquella reflexión de un amigo colombiano y gabofóbico (hace bien que existan), que se alegra a la sazón de este tipo de parafernalias, le hace muy bien a la vieja Cartagena de Indias, por que de la noche a la mañana no existe vagabundo miserable que transite por sus calles, en lugar de ello o estan disfrasados con vestuario ajeno o estan sentados degustando un menú tan IN que terminan INdigestados.

p.d. te cuento un cuento http://www.geocities.com/versiones.geo/ver40jninapayta.htm

sábado, 24 de marzo de 2007

Una canción arcoiris

http://www.youtube.com/watch?v=Gf3OFX9aLUc

Cuando llegaba de vacaciones a la luna donde crecí, ¡pensaba!, pensaba en las nuevas colegialas quizás foráneas,
quizás princesas, que en un acto contracorriente habían invadido aquel pueblo de cuatro cantos, limitado por tú calle y la de don Jack.
y al otro lado yo,
que miraba, cada vez que recordaba a la misma casita rosada de techo encalaminado
donde algún día salieras tan O.
y que con mucha esperanza vacación tras otra y esa última, nadie se asomase por aquel huequesillo.
No hubo representante de pantis rosados, jamas la hubo!.
desde ese ultimo día, guarde en un cajón, la visita vacacional a ese pueblo, que después fue ciudad y después ilimitado horizonte.
y así hasta que volé tan deprisa.
Ahora son solo visitas que solo saben de olvidos, de esos mismos, tan iguales como los recuerdos que cito.

lunes, 19 de marzo de 2007

Tiempo de mi zapato

Un atardecer salí rumbo a la puta que parió, llevaba dos pocas cosas que resumen dos recuerdos, recuerdos que durante una larga temporada me acompañaron por paseos desinteresados, asesinos de un tiempo que busca ser útil y en otros espacios, proveedor de alimentos. Por aquella época llevaba una camiseta de tristeza color fosforescente y pantalones de ligereza, tan cortos que aveces creía estar en pelotas; decía que iba en busca de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, pero lo más cercano que pude llegar fue a reiteradas lecturas, de la misma manera como cuando creí llegar a Comala y estaba en el Altiplano tan desolada sierra de clima frío y lluvioso, donde sin duda que existía un Pedro cansado de la misma miseria que hace, deshace y vuelve a encontrar a un todo poderoso made in sapiens sapiens.
Todos los imaginarios, menos los pueblos que deseo encontrar, de pronto un día sales con ganas de Macondo y de tanto buscar llegas a Aracataca, sin ni siquiera haber leído el final, y ahí esta, distinta de lo que humanamente puedes imaginar, por que siempre te sorprenderá en ridículo, por que el tiempo y su inutilidad no existen, porque se transforma, te transforma.
La inmensidad de aquellos días son la miseria de nuevos tiempos, por que al partir eres Yo, en medio camino te pareces a mi y más tarde eres Él. No hay peor tiempo del que se malgasta en recordar viejos tiempos y más aún de alguien quizás desconocido.
Y así después de muchos atardeceres aquel hombre regresa cuando ya no es el mismo que se fue.
-¿solo así pudo volver?
-simplemente asi pudo vivir.
(Dando vueltas en el agujero de mi zapato, en la parte podrida de la manzana...)

viernes, 9 de marzo de 2007

Humanamente pasionable

Por mas que yo sea una bestia y tú seas tan bella...
Dice Aute, a lo que agrego que aunque sea Slowly, mi aproximación es inminente; sin embargo la niña, no imagina ser parte de esta historia, una sola vez capte su interés, me vio directo a los ojos, de la forma que ves a cualquiera con quien tienes una mera compra - venta y con mayor razón si la insignificancia radica en 50 centavos por una estampilla, la misma insignificancia de esa mirada, simple como el punto seguido de su lectura favorita.
He hecho lo humanamente razonable para apartar aquellas dos bellezas perturbadoras, que cuelgan de su cuerpo, que se menean como esa cintura que lo hace con sus contorneadas nalgas; belleza implacable, la que existirá entre sus piernas y la humanamente pasión me dice que tengo que profanar sus interiores.
Esto le he comentado a Wil y lo ha celebrado, aunque me advierte en no repetir el final infeliz de Yennifer, sugiere algo así como un efecto racimo, es decir generar el mayor impacto a partir de una presentación sutil. Por ahora es lo de menos, el inicio/final son en mayoría producto de la creatividad espontánea, casi nunca doy pie a sus consejos. En lo que voy entrentenido es en esperarla a la salida de la universidad; la veo parada ahí, con escotes diferentes, unos que insinúan rasgarlos con violencia y otros que dejan mucho para la imaginación enfermiza. En esos días me voy contento, directo a cualquier baño público...
Desde que la vi no vendo ninguna estampilla y si es de salida no ofrezco ninguna, no importa tengo una vida para hacerlo, lo que ahora me importa es captar su completa atención, algo así como ser todos los signos de puntuación de su lectura favorita, he pensado en un poema, en flores o chocolates, pero estas dos ultimas se auto eliminan por su valor extrínseco, el poema es mi salida y la presumible muerte de la niña.

jueves, 8 de marzo de 2007

El Aire

Cuando piensas que los días, son el mismo sol, la misma lluvia, deberías dormir más...
o imaginar que aquel foto-diario: sol, lluvia y en medio tú inmensidad, no es otra cosa que una cortina de humo ante tú gran escena.
Esa cortina de humo que esconde verdaderas intenciones en un lugar posible, del mismo nombre, tuyo como la verdad.
Una cortina, que te permite de la manera mas segura dudar tú existencia, un humo que te sugiere ser viento; como si emprendieras un rumbo distante a tú historia, conociendo tú olvido y hasta que aquella mañana, te ves en la estación esperando nada, perdido en el final de los tiempos.
Pero ¿cuanto de eso eres tú?.
Solo en algunos días de equinoccio, se logra ver la existencia...
y ves, sombras a media luz detrás de aquella cortina, emociones escondidas por los colores de la cotidianidad, la magia de algún tiempo mejor, que yace ahí, en el refugio de la gloria, de esa que confabula una noche equinoccial y el preciso instante en que las cortinas abren paso a un secreto amanecer.
Son grandes escenas donde los mitos son eso y algo más.
- ¿inexplicables?.
- ...Algo más.
.
(Cuanto más de arquitectura le pregunte a mi gato, el respondió lo necesario para cubrir tú tierra, cuanto es necesario-alegue- hasta que te cubra las narices, murió el gato.)