martes, 19 de agosto de 2008

Aquél perro anda(sin)luz

No se ni por qué te escribo, ni por qué empecé a escribirte; sin embargo ahora mismo no me imagino recostado en el césped del jardín contemplando la nada, como gustá-vame, como gustá-vate...
Allí horizontal echado en el olvido, revolcado, sucio y mordiendo mi triste y rojiza pelambre. Mas preocupación... tan solo atrapar esa fácil presa, relamer sus gentiles atributos, cavar un hoyo, enterrar sus huesos.
Todo esto sucedió hace varios años, no recuerdo cuando es que comenzó el cambio, solo se que desde que desperté a ti, ya no doy vueltas antes de acostarme, ya no escarbo en el suelo para cerciorarme si alguna serpiente estorbará mi sueño, ya no rasguño las puertas, ya no marco territorio, ya no entierro mi excremento, ni me atraganto con los huesos, no meo, ni fornico en las esquinas; ya tan solo quiero que llegue la noche y conservar ese único rito... el aullar tu olvido.
Que dirías de mí si ahora me vieras, pero parece que el destino tiene la formula traviesa, esa herida canina que terminará conmigo, desde que ya no está tu mirada compasiva, ni tu mano chapoteando mi pelaje, ya no está ni lo poco de esperanza que me daba el que te comportes como ama, como la dueña, propietaria de un contrato de compra y venta, cumpliendo con tus responsabilidades, queriendome por obligación y por compasión enterrarme.
Pero en vano he involucionado, en vano he perdido mis animaladas, he extraviado mis monadas, he olvidado el pedigree... donde andas amansadora de rabias, depredadora de alimañas. Te pienso y me pregunto donde lucirás tus negros cabellos, esa piel de verano bajo tu sol, y ese embrujo de mirada a quien estará transformando los sueños. No lo resisto, muero entero.
Entonces reinvento con estas nuevas manías que han mudado en mi. Los días han cambiado, los objetos todos ahora son extraños, hasta la camiseta que me tejiste es extraña, por eso que he abandonado la casa donde te conocí, robé unos pantalones de tu padre, una mochila color cielo y salí rumbo a ninguna parte, al principio pensé en hallarte, después de un tiempo he aprendido sentimientos complejos, odio cada día hacerme humano, para mi no tiene caso éste cambio, si eso significa no encontrarte, para mi no existe ser humano, soy anulable, estoy caducado, voy pretérito de no atinarte.
Quizás por eso este acá, lanzando una tras otra letra, hasta que parezca que te escribo, hasta que aparezca una de esas tus manías que despierten más escribos, más manías y más escribos, tanto que devuelvan en mi a ese perro salvaje que hoy desde una habitación sombría escribo- te sueño-te y amo-te en eterno aullido.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario