lunes, 8 de setiembre de 2008

Relatar-me, o el preludio de un artesano a su despetar nunca

He querido empezar a contar-me, empezar con algún ladrido que sea señal de que vamos avanzado, si, terminado en “s” y pasado subjuntivo e querido o mejor dicho hemos querido tantas cosas que muchas veces me he perdido en querer tanto y no saber que hacer con los queridos (como ahora). Querer significa confusos sentidos; el triunfo de lo imposible, de la promesa y de la apertura a todo aquello que es y esta por venir, eso al querer de los filósofos que es algo así como el quizás. Algo preciso, simple y objetivo, nuestro querer es desmedido, insensato más que estar en función de un porvenir es un devenir muchas veces infructuoso, habita en causas perdidas y la mayoría de veces se encuentra en bares de rara elite, nuestro querer es una dulce agonía, como la de Unamuno, agonizar en eterno luchando.
Pero al margen de quereres inqueridos, de Terezas, de Fernandas y de tantas otras citas pendientes; he venido a contar-me, como deshojar trescientos sesenta y cinco días, años, lustros y aún pocas décadas, no es tarea fácil, hoy será un mínimo preludio, es por eso que comienzas por describir tus aullidos, dar coherencia a tus significantes, ordenar tus acciones, lamentar tus vividos o quizás desmontar todo, y construir un nuevo chiringuito, libre de deudas, al día con el fisco, saludable, con sus tres comidas rica en proteínas vasta en minerales; ser acaso esa memoria selectiva con la que una noche en la terraza de un hotel parisino, juré ser-te, juré renacer-me.
No esta mal, lo he dicho la misma proporción de veces con las que he visto el pasado, nada esta mal cuando eso es lo que hay, cuando se tiene un puñado de buenas justificaciones, un Az bajo la manga o mejor un A quien putas le importa!. Es mejor pasarla así, ¿cómo?...así, estar, estando.
(Nunca confundir el querer con los gustaría)
Lo digo porque muchos días van antecedidos de gustarías, odiamos el gustaría en todas sus formas, con indicativos o subjuntivos, hasta con premoniciones y certidumbres.
Hoy no es el mejor de los días para sacar conclusiones, no los ha repetido Malatesta, si Mala-testa, Mala-testa infinitas veces cabeza de chorlito, a quien le importa hacer una lista de errores, a lado izquierdo soluciones, y al otro, poco espacio para seguir con las erratas, errores y horrores de mis ya porcentaje y medio de días, anulados, caducados, mal vividos pero alzheimicamente recordados.
Jamás es el mejor día para empezar de nuevo, lo sé más que nunca, lo sé porque si padecemos de algo, es de esa misma ensoñación perezosa con que se levanta uno de mis Tantos. Todos, eximios personajes, retorcidos, graciosos, irónicos, perezosos etcéteras y puntos suspensivos. Que indigencia aprender de nuevo, somos casi felices con nuestro minimus vivendi, yo, nosotros y otros tantos.