lunes, 18 de junio de 2007

Cúal es tú norte, cúal es mi sur

Cuando cruce el estrecho de Gibraltar, tendré la libertad de ser esclavo, es purita convicción, quiero levantar naranjas, fresas, uvas y si es necesario hasta los granos de arena dispersos por las playas de Almería; quiero que mi columna vertebral colapse a la luz de un sol implacable, que los moscos se sirvan de mi sangre como yo lo haría de un vaso de agua nunca más contaminada; las horas de trabajo tampoco me importa, que si son diez o catorce, mientras más sean, seguro podré estar de comprar aquel teléfono móvil con cámara fotográfica y por que no hasta un ipood, es tan libertaria la esclavitud, que las ocho horas me son insuficientes, si voy en busca de la humanidad de compra y venta preciso acumular veintitres horas de fuerza de trabajo por una de consumismo, que es más que suficiente; es por eso que la dieta que puedo sugerir es comida transgénica y dos gotas de postmodenidad, mirando la publicidad de tu marca favorita.
Por que me podría importar ese dis que retroceso de aquella parte de la humanidad occidental que más se supo vender, no me importa ni una mierda, que digo mierda, eso me importa más porque significa que he comido.
Si seguro que ya te lo han contado, me lo vas a creer y sin entrar en dramatismo, solo quiero una sopa caliente en invierno y una coca cola por verano, no me preguntes si esa coca cola que compraré apoyará la causa sionista en la franja de gaza, soló quiero una coca cola, caminar sin documentos y ser esclavo no me importa de quien, sólo espero que no se entrometan aquellos defensores de la humanidad, que no hacen otra cosa que defender su puesto laboral, muchos de ellos son pobres, conozco a algunos, ellos también deberían cruzar el estrecho de Gibraltar, padecer miseria para después volver de sur a norte y ponerse a trabajar, verán que no saben lo que defienden, es simple quiero ser la negación de esta humanidad.
Porque nadie sabe cuanto de lo necesario basta para vivir...