miércoles, 11 de abril de 2007

El día que dejé de leer El País

Nunca me gusto ser complice de tú internacionalización, era suficiente ser tú conquistador, ni policiales, ni culturales ser un nacionalista de tu inmensidad era mi entretenimiento; pero ya ves no pasaron muchos meses para verte en primera plana y yo escribiendo el editorial de tan triste titular.
todo esto va, desde que nos perdimos,
desde que el cartero se olvido de mi buzón.
De esa y otras formas sigo dando vuelas como un trompo,
quieto como el aleteo de picaflor;
Sin aliento y del que queda solo da para imaginarte,
pero amanezco despierto de ningún lado,
tan solo rodeado de paredes,
sin el profundo cobijo de tu sueño,
conmigo recostado de un lado y del otro...
recostado e imaginando,
sin el cuerpo del deseo
que de realidad... solo imaginando.
Ahora ya me ves, no me entero de nada
y tan solo fueron tus besos,
tu sistema cardiovascular,
tus larguisimos dedos
esos bellos pubicos...
esa figura entera que se prolonga en mi imaginación.