lunes, 9 de abril de 2007

Huir de ti o renovandome

-De como se acaba la sonrisa y se remplaza tú bostezo, cuando lo que quiero es anularme, cuando odio al mirarme.
Algunos años más tarde, desperte con otro automovil, con otros busness y con una nariz de ergonómica agudeza, de orellas sin cartílagos impertinentes que intentan verse aerodinámicos, soy nueva, distinta, bella; mis manuables senos se estremecen de haber sido tan insignificantes vultejos, toda cambiada! enterita renovada!, he triunfado sobre esos estúpidos códigos genéticos.

-Aquel domingo quieto yaces al pie de aquel helecho, si pudieras tomarte una fotografía lo harías, no importando el puto helecho que le quita cierto brillo, sin duda que hubiera sido mejor un ciprés; el hecho es que una imagen quizás podría sugerir lo que esa tarde andabas creando, esa tarde después de tú incomprensible postura al pie de aquel arbusto; tú hombre del ciberespacio, de paisajes mas urbanos, de laureles en lugar de salvajadas; lo cierto es que esa imagen jamas podrá reproducir la contundencia de tus ideas, esa elocuencia que repica en tú brillante intelecto, sobre todo cuando pirateas aquella producción intelectual ajena a tú creatividad, como olvidar los días de semana... y tus sucesivos ctrl + c, en combinación perfecta de un ctrl + v, sos un éxito intelectual.

Y ahí esta, la que en vida fue una personalidad acomplejada, asesinada en crimen perfecto por un siniestro bisturí; de autor intelectual: tú ordenador.
No hay lugar para esa deformidad, para ese embrutecimiento que se van de aburrimiento.
Las calles no son lo mismo con esa ex fealdad perturbable, tú sonrisa es distinta con esos dientes de perfecta simetría y marfil barnisado, tus preguntas tontas están remplazadas por conversaciones enciclopédicas.
Ahora queda por llenar de nuevos complejos a esa nueva imagen tan torre de babel y dormir los dias que restan abrazado a un ordenador.
Lo bello y la inteligencia, perfecta combinación para despertar muerto, ambas esconden un asesino siniestro, quizás por que la vida sea como un carrusel: una y otra vuelta para terminar vomitando; una moneda: que a espalda tuya te muestra una posibilidad y del otro el sello de fracaso, un circulo: donde necesitas odiarme para algún día esperarme.