viernes, 5 de enero de 2007

El otro Trio

Aquel hermetismo en las familias la noche de navidad, siempre despertó una leve curiosidad, claro esta que luego se disolvía con tú navidad y poco o nada importaba la navidades ajenas, mientras tengas entre manos, tú carta hecha realidad. Esa reflexión ex post me solía llegar, cuando iba al encuentro con los amigos y sus respectivas navidades; ahora sin embargo, esa reflexión ex post se torna sumamente antipática en la medida que en España aún no terminan tan esperadas fiestas y me obligan a escribir con un ridículo gorro de Papa Noel, sentado en mi trineo y apestando a tabaco; haciendo a un lado a cuanto mocoso inunda las calles, por que esta noche, miles de niños viven pendientes de la llegada de los Reyes Magos, quienes, venidos desde Oriente, me imagino que de Belén, desfilan en grandes carrozas por todas las poblaciones españolas, antes de comenzar a repartir la razón de ser de la navidad para los niños, es decir los regalos; es cierto que alguna vez quise dobletear con regalos navideños y de reyes, pero ni el primer mundo podría soportar dicho dobles y con mucho más razón el humilde bolsillo de mi padre, así es que inteligentemente los regalos se entregan un 24 de diciembre, después de la cena; de ahí podemos desprender lo aburrido que serán las familias españolas en una noche buena, de esa manera su hermetismo termina por desinteresar, una navidad propiamente dicha sin regalos, es como cometer un genocidio infantil, mismo Herodes.
Y de esa manera la noche mágica y emocionante del año con inhumana espera incluida para los inocentes niños españoles ha comenzado, y salen a abarrotar las calles con el recibimiento a Melchor, Gaspar y Baltasar, que no obstante de pasearse todo el Oriente y en camello, hace su aparición por la península Ibérica, algunos en barco, otros en helicóptero, y hay hasta un trio de Reyes Magos que llegan esquiando, presentándose en la mayoría de las ciudades.
En Madrid, por ejemplo, camellos, caballos y burros del cortejo real además de dejar un enorme cagadero por el Paseo de la Castellana, alegran a los más de 16ooo niños que los aplauden, junto a 32 carrozas y cientos de súbditos, que acompañan a Melchor y su clan, en ese desfile, ya tradicional por el centro de la capital distribuyendo toneladas de caramelos.
Uno termina por explicarse por que a dos semanas de superado este habitual fenómeno cristiano seguimos ilusionados con navidad, la razón la tiene los Reyes Magos entre comillas, la verdad es la de los REGALOS.