miércoles, 29 de noviembre de 2006

Retrato

Esta mañana, se ha a levantado tal cual se enredo en las sábanas: molesto y con sueño; me ha dicho que mejore el lugar donde vivo, que ordene mis libros y escriba a mis padres, muy enojado me ha dicho que haga una lista con aquellas cuestiones pendientes y si es posible haga un horario; en lugar de perder el tiempo con blogs y retratos.
Cuando sucede días como estos, me da mucha lastima, sé que cualquier pensamiento...
y se me viene abajo.
Fue cuando en otro de nuestros largos viajes, tomo una fotografía a una mujer hermosa de mirada perdida, después de aquel instante me decía muchas cosas, decía que quería quedarse en ese lugar para toda la vida; que quería construir un hogar donde pueda invitar a aquella mujer a ser la madre de sus días; pensaba en construir, familia exacta que permita ser tragado por la inmensidad de la vida; que permita disfrutar de ese lugar perdido, sin más angustia que las demoras que causan llegar a casa y sin más ansiedad a su anunciado peregrinaje.
Ese día le aconsejé que aborde a aquella mujer, por mil razones poéticas. Yo lo veía junto a ella, intercambiando su aliento por una mirada que calme sus miedos; es por eso que le incite a ese encuentro, le dije muchas cosas sobre las rarezas y sus sucesivos misterios, pero el nunca logro acercarse y se quedo quieto, ahí muerto de esperanza, con los ojos trepados en la espalda de aquella mujer, que se perdía entre tantas...
Esa noche se fue de casa, y busco a la mujer en lugares inmundos...

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