miércoles, 20 de diciembre de 2006

Canción

De pronto un día cualquiera, después de esa miserable parte material que conduce tú vida, sales verdaderamente libre y hasta los talones.
Y empieza la sinfonía.

…La tarde se minimiza y el enorme crespón de la noche conduce sus miradas, las conduce por conversaciones vagas, nadie entiende nada, es lo más importante, ahí todo confluye en la inmensidad del vació y su agregado correspondiente, la sinrazón de haberte querido sin concerte…

(bis)
si tienes un poco más de suerte doble (bis) *
*bis, la de los cancioneros que se repite y se repite el mismo coro.

Unos meses después cualquiera de las especies de In.
Inbecibilidad,
Infidelidad,
Inconstancia, Infinito...
se ponen de manifiesto
para llevarte a lugares comunes, bares y más bares, lamentos, lagrimas y todos los males en plural menos tú último olvido y la canción de su recuerdo.

fin.

(Antes y después de este breve relato sonó un disco, cualquier romanza, desde el género (bolero, balada, y las románticas de siempre) hasta (Los Panchos, Leonardo Fabio y Los Iracundos) todos y los demás te contaron la misma historia, y en típica reacción humana te sentiste aludido.
Y así no solo los trenes de juguete distraen a la razón, sino que también hubo tiempo de cupidos… de esos, tan ridículos que se merecen un trágico final.